Este pensamiento barroco (razón-sentimiento) se va a hacer muy patente en el panorama musical. Así pues, en este periodo se busca una codificación de todos los parámetros musicales (ritmo, tonalidad,...) como forma de ordenar y racionalizar la música. Esto lo podemos constatar en la siguiente frase de J. P. Rameau (considerado el fundador de la moderna armonía):
"...la música es una ciencia que debe disponer de unas reglas bien establecidas; dichas reglas deben derivar de un principio evidente, principio que no puede revelarse sin ayuda de las matemáticas...."
Pero además, se van a crear nuevas técnicas para poder expresar de la mejor manera posible los sentimientos (monodía acompañada, contrastes tímbricos, uso de dinámicas,...). La ópera será el género que más desarrolle la expresión de los sentimientos.
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